Gracias Sire.

Que estúpido resulta tener unas expectativas de una noche perfecta y luego darte la gran ostia contra el muro de la realidad, y ver que las mismas cosas que se creían resueltas en realidad no lo están. Que sigues viviendo en esa atmósfera de celos e inseguridad, de puñales clavados por la espalda, de escenas de teatro de poca monta en las que los actores (o más bien actrices) tienen ya tan poca credibilidad que te resulta patético, incluso gracioso, su intento de llamar la atención y te invade esa sensación terrible de vergüenza ajena. Pero al igual que todo puede mejorar, todo puede empeorar aún más. Es el momento en que comienza el "tira y afloja", otra de las típicas tonterías de nuestro querido grupo, (si es que verdaderamente se le puede llamar así).
Pero como no hay mal que por bien no venga, siempre hay alguien dispuesto a pintar un poco de blanco en todo lo negro que ves, una persona que consigue sacarte la sonrisa por muchas ganas que tengas de gritar o llorar, con la que los propios complejos se esfuman como el vapor y con la que siempre estas dispuesto a hacer grandes locuras. Y te das cuenta de que cuanto más ha pasado el tiempo, y más tiempo has pasado sin verla, su ausencia te come vivo y no puedes evitar irremediablemente de menos.

Te voy a echar de menos,
bastante, pero prometo que iré a visitarte en cuanto pueda.
Me dejaste claro que estuviste siempre, más o menos distante, pero siempre ahí.
Me encanto compartir ese baño en el mar a las 4 de la madrugada contigo.
Estuviste espléndida, dejando a los demás a la altura del betún.
Gracias.